Capítulo 1: Orígenes de la medicina

"La historia es una cosa que quizás nunca ocurrió, contada detalladamente por alguien que no estaba allí".

Medicina Pretécnica

Consideramos así a aquella ejercida desde la época prehistórica hasta el siglo V antes de Cristo en la que, junto a prácticas terapéuticas aparecían prácticas mágicas, totalmente interrelacionadas entre sí, de manera que durante el acto curativo, el sanador actuaba desde su doble condición de médico y mago. Aunque en el Antiguo Egipto aparecieron sanadores que actuaban desde unos supuestos científicos que nada tenían que ver con la magia, serán los médicos griegos del siglo V a. de C. los primeros en demostrar claramente un cambio de mentalidad respecto a la lucha contra la enfermedad, enfrentándose a ella a través del conocimiento de su naturaleza, y del subsiguiente estudio del remedio, como demostró Alcmeón de Crótona en uno de sus famosos textos.

La enfermedad apareció en el mundo en el momento en que una bacteria atacó a un ser superior. Existen vestigios de esta lucha en los fósiles procedentes de seres vivos más antiguos encontrados por los paleontólogos: dientes con caries, huesos con señales de osteomielitis, acromegalia congénita, gigantismos, enanismos, artritis, osteosarcomas, etc.

No sabemos como el hombre primitivo se enfrentó a la enfermedad; lógicamente debió intentar defenderse de ella al relacionar su aparición con ciertas circunstancias extremas a él como el frío, la falta de alimentos o los traumatismos.
Quizás, y siguiendo el mismo impulso que también guiaría a los animales con los que convivió, intentó curarse comiendo ciertas hierbas, ¿por qué no?, pero tendremos que esperar a la aparición de los primeros textos para saber qué se hizo realmente.

Me voy a centrar en un pequeño análisis de cuatro casos de medicina pretécnica, dos pertenecientes a civilizaciones ya extinguidas, Mesopotamia y el Antiguo Egipto, y otras dos que han llegado a nuestros días, Israel y los pueblos precolombinos.

Mesopotamia

Las primeras ideas sobre el binomio enfermedad/ medicamento las encontramos en Mesopotamia entre los años 4.000 al 539 a. C. Las fuentes, sus tablillas de arcilla escritas en escritura cuneiforme, y los textos más importantes, el Código de Hammurabi y el Vaso y Sello de Gudea.

Así sabemos que los asirios consideraban la enfermedad como un castigo de los dioses irritados por un pecado cometido, y pensaban que para curarla era necesario una CATHARSIS. es decir, una purificación por medios mágicos como plegarias, sacrificios de animales y ofrendas a sus dioses y una PHARMACON o purificación por una purga para la que utilizaban drogas. A todo esto le daban el sentido de penitencia. Esta medicina fue practicada por sanadores que también eran sacerdotes.

En estas tablillas se nombran aproximadamente 250 drogas vegetales, 120 minerales y otras tantas de origen animal (Thomson), todas ellas perfectamente descritas, entre las cuales aparecen muchas farmacológicamente activas y otras que hoy día son usadas como excipientes.

Conocieron y usaron la mirra, mandrágora, cannabis, regaliz, adormidera, belaño, semillas oleaginosas. también utilizaron el CINa, C03Ca, nitro, azufre, sales de antimonio, e incluso bebidas alcohólicas. Usaron también una botica de inmundicias, como excrementos de animales y humanos, con la idea de que dándole esto a un enfermo, el espíritu que le había enfermado le abandonaría por asco. También dieron de comer al enfermo partes de animales sanos, intentando así pasarle su fuerza; es decir, administraron sustancias biológicamente activas, vitaminas, aminoácidos, y hormonas a sus enfermos, y seguramente muchas veces acertaron.

En las tablillas aparecen descritas verdaderas recetas cualitativas de medicamentos, aunque aún no aparecen fórmulas cuantitativas. También aparecen descritas múltiples técnicas galénicas: pulverización, infusión, cocción; inventaron las píldoras, los emplastos, los ungüentos, las cataplasmas, así como la administración de medicamentos por orificios naturales. Incluso nos han dejado descritas algunas técnicas quirúrgicas: abrieron abscesos, operaron cataratas, extrajeron piezas dentales.

Emplearon el calor, los baños terapéuticos, y los masajes. En el Código de Hammurabi se encuentran 13 artículos dirigidos a la practica médica: en ellos se detallan los honorarios que se pueden cobrar, y se establecen penas para aquellos que fallen en la práctica médica a los que se exigen responsabilidades.

Antiguo Egipto

Siguiendo el curso del río Nilo se desarrolló una importante civilización a lo largo de un periodo de 3.000 años (desde el 3.000 a. de C. hasta el 33 a. de C.), la del Antiguo Egipto, en la que la medicina fue practicada por profesionales que llegaron a tener una gran altura de conocimientos, y que llegaron a ser muy bien considerados dentro de la sociedad. Uno de ellos, Imhotep, que vivió hacia el año 2.750 a de c., llegó a ser divinizado. Las fuentes sobre esta civilización, nos han llegado escritas en escritura jeroglífica, en papiros y estelas, siendo las más importantes los papiros de Ebers, Schmidt, y Kahoun.

Los sanadores egipcios se hallaban bajo la protección de una diosa de la salud, Sekhmet, y de un dios, Thot, el de toda la sabiduría, y nuevamente nos vamos a encontrar con una medicina impregnada de la doble influencia divina y mágica, y con la idea de que la enfermedad es un castigo divino por un pecado cometido por el enfermo. No tuvieron grandes conocimientos de anatomía ni de fisiología; en cambio, sí fueron buenos patólogos, legándonos descripciones muy exactas de las enfermedades del corazón (la víscera que mejor conocían), del aparato circulatorio, del digestivo, los pulmones, el sistema nervioso, óseo, urinario y reproductor.

Los médicos egipcios creyeron que la sangre era la base de la vida, que se formaba en el hígado a partir de los alimentos ingeridos, y que estos alimentos eran los que también hacían crecer el cuerpo. No intuyeron la circulación de la sangre. También desarrollaron una amplia farmacopea: en el papiro de Ebers aparecen mas de 800 nombres entre drogas y fórmulas farmacéuticas, y es muy probable que entre los miembros de la corte de los faraones existieran funcionarios dedicado a almacenar y preparar drogas, ya que aparecen referencias a un puesto de "conservador de drogas". Debieron ser capaces de montar verdaderos laboratorios donde se consiguieron reacciones químicas: conocieron los colorantes y fabricaron esmaltes y vidrio. Por primera vez nos encontramos con fórmulas cuantitativas. Tenían una unidad llamada RO, equivalente a lcc. Usaron la balanza. Cuando un egipcio moría, los embalsamadores sacaban sus vísceras del cuerpo y las guardaban en vasos de onix. El cuerpo vacío lo introducían en salmuera para quitarle la humedad y lo rellenaban de mina, si era el de un rico. O de betún si era el de un pobre. Después lo envolvían en telas y lo enterraban. La momia era una resina extraída de los cadáveres durante el proceso de embalsamamiento, muy apreciada en la farmacopea egipcia.

Israel

Estamos refiriéndonos a una medicina practicada por el pueblo hebreo hacia el año 1.500 a. de C. Sus fuentes, la Biblia y el Talmúd, escritas en hebreo. Primera característica: es un pueblo monoteísta. En un primer momento apareció la figura del médico / sacerdote. Luego se separaron las funciones, y apareció la figura del médico no sacerdote, aunque considerado algo así como un ayudante de Dios. Sin embargo, siguió existiendo la idea de que la enfermedad era un castigo a un pecador por la cólera de Yahvé, y de que el estar enfermo implicaba un estado de impureza tanto física como espiritual. Tuvieron gran importancia los ritos de purificación. En una de sus fuentes podemos leer: "De Dios viene la curación por medio del médico" y una frase clave para nosotros: " El ungüentario hará ungüentos". ¿Será esta la primera referencia histórica al boticario?

Hacia el siglo XIII antes de Cristo vivió Moisés, quien dio a su pueblo las primeras y fundamentales normas de higiene que han sido promulgadas en la historia de la Humanidad. Moisés ordenó, entre otras muchas cosas, el aislamiento de los enfermos contagioso, la desinfección de ropas y de objetos domésticos que hubieran estado en contacto con ellos, la cuarentena, la desinfección de objetos metálicos por fuego ..., es decir, dio normas exactas y concretas para evitar la propagación de enfermedades infecto-contagiosas. Obligó a hacer desaparecer las deyecciones. dio una lista de alimentos puros, que se podían comer, e impuros, que no debían ser consumidos por el hombre. Describió enfermedades, apareciendo en uno de sus textos, dos descritas correctamente: la lepra y la gonorrea.

Los médicos israelitas usaron la sangría pensando que la enfermedad se iba con la sangre extraída. también usaron sanguijuelas. Practicaron todas las técnicas farmacéuticas ya descritas, más una aportada por ellos: la clarificación de decocciones por medio de clara de huevo batida. Conocieron y usaron la balanza, las fórmulas farmacéuticas cualitativas y cuantitativas, y tuvieron un sistema de pesos y medidas propio.

América Pre-Colombina

Al fijamos en ella, lo primero que debemos considerar es que se desarrollaron tantas medicinas distintas como pueblos, desde que 24.000 años antes de Cristo empezaron a llegar a sus tierras oleadas sucesivas de tribus asiáticas a través del estrecho de Bering, en una época en que este aún estaba helado, y servia de puente filme entre Asía y América. Pero a lo largo de su inmensa geografía, y de una manera bastante generalizada, nos vamos a encontrar con la idea de la enfermedad como castigo de los dioses, y con la figura de un sanador con poderes mágicos y curativos, que se enfrenta a ella de una manera que, cuando en el siglo XV de nuestra era. este continente sea descubierto por los españoles, los más de 10 pueblos importantes distintos que allí vivían, seguían inmersos en una medicina pre-técnica arcaica.

En el Perú, el Imperio Incaico contó con médicos del Inca y médicos del pueblo, y a ellos les debemos el conocimiento de una droga usada hoy día: la quina. En el Imperio Maya volvemos a encontrar la figura del médico / sacerdote que, junto al rezo de salmodias y a la confesión del enfermo, usó una amplia farmacopea de más de 400 recetas farmacéuticas.

La medicina azteca fue sin duda la más profunda y evolucionada de todas. En ella encontramos nuevamente la idea de la enfermedad como castigo de los dioses. Sin embargo, cómo practicaban sacrificios humanos y luego abrían a sus víctimas, llegaron a tener grandes conocimientos de anatomía humana.

También desarrollaron una amplia farmacopea donde aparece descrito el uso de alucinógenos como medio de ayudar a conocer la mente del enfermo, y de otros medios terapéuticos como baños, masajes e incluso algo parecido a una psicoterapia. Cuando Hernán Cortés llegó al Imperio Azteca se encontró con una medicina de tal altura científica, que escribió al emperador Carlos 1 diciéndole que "no permitiese pasar médicos españoles a México, porque la destreza y los conocimientos de los médicos aztecas lo hacían innecesario”.

En resumen, desde hace miles de años, el ser humano ante la enfermedad, ha intentado enfrentarse a ella usando sustancias naturales, bien como tales, bien transformándolas en formas farmaceúticas que facilitaran su administración; de hecho, los pueblos mas primitivos conocieron todas las fórmulas usadas hoy día menos aquellas, como inyectables o grageas que necesitan para su elaboración una tecnología más sofisticada. Y tuvieron la habilidad de mezclar distintas sustancias entre sí para conseguir una mayor acción farmacológica, de manera que 2.000 años antes de Cristo ya existía la Polifarmacia.

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María José Pérez-Fontán

María José es licenciada en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, habiendo cursado también estudios de Magisterio.

Estos textos son el resultado de meses de investigación y han sido publicados en España y Venezuela.

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